Queremos compartir con ustedes la poderosa razón por la cual ser una familia de acogida puede transformar vidas y tejer historias de esperanza. En el acto de abrir tu hogar y tu corazón a un niño vulnerable, te conviertes en un faro de amor y refugio.
Imagina el impacto que puedes tener al ofrecer un entorno seguro y cálido a un niño que ha conocido la incertidumbre y la adversidad. Tu hogar puede convertirse en el santuario donde los sueños se reavivan, las heridas cicatrizan y la confianza florece.
Ser familia de acogida es más que un acto valiente, es una afirmación audaz de que cada niño merece amor incondicional y la oportunidad de un futuro radiante. Tú, como familia de acogida, eres la chispa que enciende la llama de la esperanza en el corazón de un niño.
Recuerda, no importa si tienes todas las respuestas; lo que realmente importa es tu disposición a estar allí, a escuchar, a abrazar y a guiar. En cada sonrisa que despiertes, en cada lágrima que seques, estarás escribiendo un capítulo extraordinario en la historia de alguien más.
Así que, adelante, sé la luz que ilumina el camino de un niño. Sé la razón por la que creen en el amor, la confianza y la posibilidad de un mañana mejor. Ser familia de acogida es ser un faro de esperanza en un mar de desafíos, y estamos seguros de que descubrirás que el regalo de dar es el más valioso de todos.
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