El Invaluable Rol de las Educadoras y Educadores de Trato Directo en las Residencias de Corprix

Las educadoras de trato directo de niños, niñas y adolescentes (NNA) en residencias de infancia como Corprix cumplen un rol fundamental en la vida de los menores que están a su cuidado. Ellas no solo brindan apoyo educativo y supervisión diaria, sino que también se convierten en modelos a seguir y fuentes de amor y protección para cada uno de los residentes.

El testimonio de quienes trabajan en residencias, refleja cómo este rol va más allá de una labor profesional; se convierte en un acto de entrega personal y emocional. Pasar horas al lado de los niños y adolescentes, conocer sus historias y ser testigos de sus desafíos y victorias, convierte la residencia en un segundo hogar tanto para los educadores como para los propios niños.

Las educadoras de trato directo contribuyen a que la estancia de los NNA en las residencias no sea simplemente un lugar de protección física, sino un espacio donde se sientan acogidos, valorados y acompañados en su crecimiento. Estas educadoras ponen lo mejor de sí mismas para brindar cariño, apoyo, comprensión y estabilidad emocional, creando lazos significativos que impactan profundamente en el bienestar de los niños y adolescentes.

En un entorno donde muchas veces los NNA han vivido situaciones difíciles y carecen de experiencias positivas, las educadoras de trato directo representan la oportunidad de vivir una infancia más feliz y significativa. A través del amor, la paciencia y la entrega, las educadoras no solo cuidan de los NNA, sino que también se convierten en faros de esperanza y resiliencia para ellos.

La dedicación de estos hombres y mujeres se ve reflejada en cada acto cotidiano: en la manera en que acompañan a los niños  y en la disposición para escuchar, entender y ayudar a sanar las heridas emocionales. Así, se establece un entorno que no solo protege, sino que también inspira y cultiva el crecimiento personal de los niños y adolescentes. Su papel es crucial y debe ser reconocido, ya que con su labor incansable, ayudan a transformar vidas y a crear un futuro mejor para cada uno de los residentes.

Ser un ETD implica un compromiso profundo, ya que se está presente en todos los aspectos de la vida cotidiana de los menores, muchas veces alejados de sus propias familias para formar parte de la vida de los NNA. Los ETD representan estabilidad, amor y cuidado en un momento crucial de la vida de los niños y adolescentes, y su labor es esencial para garantizar que los menores no solo estén protegidos, sino que también se desarrollen en un ambiente lleno de afecto y oportunidades para crecer.

A las educadoras de trato sincero, que en hogares llenos de sueños despiertos, tejen abrazos, guardianas de risas, de juegos y versos, cobijan la infancia con su luz al viento, gracias por ser puentes, manos que elevan, por darles raíces, por ser las que esperan, con ustedes la infancia encuentra un lugar seguro, su mejor primavera

 

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