El amor en la infancia no es solo un sentimiento, es la base sobre la que crecen la confianza, la seguridad y la felicidad. Amar a un niño es brindarle cariño, respeto y cuidado, es enseñarle con el ejemplo que merece ser valorado tal como es.
Que este día nos recuerde la importancia de rodear a cada niño y niña de amor genuino, amistad sincera y un ambiente donde puedan crecer sintiéndose protegidos y apreciados. Porque un niño amado es un niño que florece, y su felicidad es la semilla de un mundo más justo y lleno de esperanza.
En este día especial, también queremos reconocer y agradecer a todos los colaboradores de residencias que dedican su esfuerzo y corazón a trabajar por la infancia. Su compromiso y entrega brindan a muchos niños y niñas el amor, la contención y las oportunidades que merecen. Su labor es una luz de esperanza y un verdadero acto de amor que transforma vidas.
El amor es una forma de protección. Los niños tienen derecho a crecer en un ambiente seguro y afectuoso, libre de violencia y abandono.