En el marco del Día de la Madre, las funcionarias de la Residencia Padre Francisco de Temuco vivieron una jornada especial de reconocimiento y afecto. Este espacio buscó valorar no solo su rol como madres en sus propios hogares, sino también la dedicación, entrega y sensibilidad con la que acompañan a diario a niños y adolescentes acogidos en la residencia. Un doble compromiso que merece ser celebrado con gratitud y admiración hacia cada una de ellas.
Lo más significativo de esta jornada fue que cada detalle —desde la decoración del salón hasta la disposición de la mesa— fue preparado por las propias funcionarias. Con creatividad, cariño y esmero, dieron vida a un ambiente cálido y festivo. Flores de papel, globos, colores y un mural con el mensaje “Feliz Día Mamá” reflejaron la energía positiva y el espíritu colaborativo que caracteriza a este equipo humano. Fue una celebración sencilla, pero profundamente significativa: hecha por ellas y para ellas.
La actividad se transformó también en una valiosa instancia de encuentro y convivencia entre compañeras que comparten no solo un espacio laboral, sino una vocación profunda de cuidado. En un ambiente distendido y lleno de gratitud, se fortalecieron lazos de confianza, se compartieron sonrisas y se vivió una pausa emotiva en medio de las exigencias del trabajo diario. Un momento para recordar que el amor que entregan, también regresa a ellas en forma de reconocimiento y aprecio.
Desde la Dirección de la Residencia Padre Francisco, expresamos nuestro más sincero agradecimiento a cada una de las funcionarias por su compromiso constante, su calidez humana y su incansable vocación de servicio. Este homenaje es solo una pequeña muestra del enorme valor que tienen para nuestra comunidad. ¡Gracias por cuidar, por proteger y por ser un verdadero ejemplo de amor en acción!