El derecho al juego y al tiempo libre: jugar también es crecer

Niños, niñas y adolescentes tienen derecho al juego, al descanso y a disfrutar del tiempo libre. No es un privilegio ni un premio: es una necesidad vital para su desarrollo emocional, social y físico.

Jugar permite imaginar, crear, expresar emociones, resolver conflictos, aprender a convivir. Es una forma natural de explorar el mundo y de conocerse a sí mismos. En la infancia, el juego es tan importante como la educación o la alimentación: alimenta el alma, fortalece los vínculos y ayuda a sanar.

Este derecho se expresa cuando un niño puede correr sin miedo, cuando una niña ríe jugando con otros, cuando un adolescente encuentra en el arte o el deporte un espacio para ser él mismo. También cuando tienen momentos de descanso, de ocio, de calma.

Desde nuestras residencias, promovemos estos espacios con intención: cuidamos que el juego no falte, porque entendemos que también ahí se construye dignidad, autoestima y futuro.

“Descansar, reír y jugar también son formas de sanar.”

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