La Residencia Santa Trinidad ubicada en la ciudad de Angol, nace inspirada en el profundo y amoroso misterio de la Santísima Trinidad, con la misión de ser un faro de esperanza y amor para niñas y adolescentes que han visto sus derechos vulnerados. En el corazón de nuestro proyecto yace el deseo de ofrecer un hogar cálido, donde cada niña y adolescente encuentre apoyo, educación, cuidado y protección en un ambiente que emula la calidez y seguridad de una familia, abrazando su desarrollo social, físico, mental y espiritual.
Nos dedicamos a la noble tarea de restablecer los derechos de los niños y adolescentes que han sufrido vulneraciones graves, ofreciéndoles un refugio transitorio donde la calidad de vida, el amor y el bienestar integral son nuestras prioridades. Nuestro compromiso se extiende a sanar y transformar las experiencias dolorosas en lecciones de fortaleza y esperanza, trabajando de la mano con las familias o figuras de referencia para fortalecer los lazos afectivos y fomentar un eventual retorno a un entorno familiar seguro, o en su defecto, preparar a los jóvenes para una vida independiente y plena.
Nuestra estrategia se centra en el amor y la atención integral, poniendo especial énfasis en el bienestar psicosocial, socio-familiar, psicoterapéutico, educativo y recreativo de nuestras niñas y adolescentes. Aspiramos a ser ese espacio seguro y amoroso que tanto necesitan, un lugar donde se sientan valoradas, escuchadas y comprendidas, y donde cada intervención esté diseñada para abrazar sus necesidades únicas y personales.
La Residencia Santa Trinidad se concibe como un hogar emocionalmente protector, donde cada niña y adolescente pueda florecer en un ambiente que fomente el desarrollo integral y la restitución de sus derechos, especialmente el derecho a vivir y crecer en el seno de una familia. Nos esforzamos por crear un entorno que, dentro de lo posible, refleje la calidez de un hogar familiar, donde la expresión afectiva, el respeto, las normas y los límites se entrelacen para formar un espacio de crecimiento, seguridad y amor.
Nos comprometemos a ser un puente hacia la sanación y la reconexión familiar, asegurando que las familias reciban el apoyo necesario para cultivar un entorno de respeto y amor. En Santa Trinidad, cada historia de vida se abraza con comprensión y cariño, promoviendo un proceso de curación que permite a nuestras niñas y adolescentes redescubrir el amor, la confianza y la esperanza en un futuro mejor. Juntos, caminamos hacia la restauración de vidas llenas de significado, amor y felicidad.